LA VERDADERA HISTORIA DEL ESTILO YANG
Este artículo es una traducción de una entrevista hecha al Gran Maestro Fu Zhong Wen en Sanghai, que fue publicada en la revista americana T’ai Chi en Diciembre de 2001.
Este artículo es una traducción de una entrevista hecha al Gran Maestro Fu Zhong Wen en Sanghai, que fue publicada en la revista americana T’ai Chi en Diciembre de 2001.
La tan repetida historia sobre Yang Lu-chan observando a través del ojo de una cerradura para aprender a hurtadillas el estilo Chen de Taijiquan no es la verdadera historia, según Fu Zhong Wen.
Fu, que aprendió con Yang Cheng Fu desde la temprana edad de nueve años, tiene una versión diferente y más real de cómo se fundó el estilo Yang para el cual, según Fu, fue necesario un duro trabajo de 18 años por parte de Yang Lu-chan.
Esta es la historia : Yang Lu-chan era nativo del condado de Yongnian, provincia de Hebei, y vivió en los alrededores de la ciudad de Yongnian, fuera de la muralla que la rodea, saliendo por la puerta Sur o nan kuan.
Vivía fuera de la muralla, pero trabajaba dentro en la ciudad en una tienda de arroces, vendiendo trigo, cereales y comestibles. La tienda estaba en la calle Oeste de la ciudad.
En una tienda cercana Tai Ho Tong, se vendían fármacos chinos, medicinas y hierbas, y estaba a su cargo un hombre procedente de Chen Jiagou, provincia de Henan.
Una vez, cuando una persona con aspecto de matón entró en la tienda (droguería) provocando problemas, el hombre de la droguería con un pequeño movimiento de su mano lo lanzó mandándole a la calle.
Yang que vió aquello se quedó atónito. Le gustaba mucho el Wushu, pero, no se había interesado por el Taijiquan. Unos pocos días más tarde preguntó en la droguería qué arte marcial y qué habilidades o técnicas había utilizado ese hombre para acabar con aquel matón. Pero, el hombre de la droguería rehusó contestar a la pregunta y dijo que no sabía nada acerca de las artes marciales.
Yang, que entonces tenía 20 años, volvió a la droguería una y otra vez, preguntando frecuentemente sobre artes marciales, porque sabía que aquel hombre conocía algo sobre éstas.
Al final, el hombre admitió que conocía algo sobre las artes marciales de su ciudad natal, pero simplemente las practicaba como entretenimiento. Yang dijo que nunca le había visto practicar, y el hombre de la droguería le contestó que practicaba a media noche, por lo que nadie había podido verle nunca.
Yang le preguntó si podía acompañarle para verle, a pesar de lo mucho que tenía que madrugar para ir a su trabajo diariamente, ya que vivía fuera de la ciudad. Finalmente, le concedió permiso para ver cómo practicaba.
Más adelante, Yang le pidió que le enseñara y expresó su deseo de querer conocer a quien a su vez le había enseñado ese arte. El hombre de la droguería le dijo que había aprendido de Chen Chang-hsing, y Yang preguntó si era posible visitar su ciudad y conocer a su maestro.
Después de estudiar un tiempo con el hombre de la droguería, éste le dio una carta de presentación para que pudiera encontrarse con él en Chen Jiagou. Cuando Yang fue a la aldea Chen, fue aceptado y vivió allí con una familia. Se dice que el joven Yang era muy honesto, diligente, y un gran trabajador. Vivió en la aldea con esa familia durante seis años disfrutando de muy buenos momentos.
Pero, Chen Chang-hsing no le dio instrucción alguna personalmente. Yang solo practicó con miembros de aquella familia.
Al final de esos seis años, Yang regresó al condado de Yongnian.
Algunas personas fueron a recibirle. Eran expertos boxeadoes de wushu que le desafiaron. Uno de estos hombres se enfrentó a Yang y lo venció lanzándolo muy lejos.
Esto hizo que Yang se sintiera muy insatisfecho, por lo que volvió a Chen Jiagou, permaneciendo allí otros seis años practicando con la misma familia. Pero, seguía sin aprender con Chen Chang-hsing.
De nuevo volvió a casa y enfrentándose otra vez a los maestros de wushu. En esta ocasión no consiguieron derrotarlo, pero, tampoco Yang consiguió vencerlos a ellos.
Todavía insatisfecho con sus destrezas, volvió a la aldea Chen y habló con Chen Chang-hsing al que dijo que su técnica seguía sin ser suficientemente buena, pues no podía derrotar ni a los más veteranos de su ciudad. Chen entonces accedió a instruirle personalmente.
Chen dijo: “Esta tarde ven a mi casa y te enseñaré personalmente”. Cuando llegó a su casa y entró en su habitación, Chen estaba descansando en una silla con sus ojos cerrados. No decía nada. Yang permaneció de pie muy tieso, esperando que Chen dijera o hiciera algo. Así estuvieron durante una o dos horas.
Finalmente, Chen dijo: “Hoy el tiempo está demasiado frío. Deberías venir otra vez en otro momento”. Al día siguiente Yang fue con Chen de nuevo, y otra vez no dijo nada y permaneció sentado en su silla con los ojos cerrados como si estuviera pensando algo.
Este escenario se repitió en varias visitas más, hasta que un día Chen vió que Yang estaba muy serio. Entonces, Chen comenzó a enseñarle de forma particular. Le enseño durante tres años, pero Yang permaneció allí otros tres años más, estando finalmente un total de 18 años en la aldea Chen.
Al final Chen le dijo: “Ahora puedes volver a tu ciudad. Nadie puede derrotarte ahora. Nadie puede siquiera tocarte ahora”. Cuando Yang regresó a casa, indudablemente, nadie pudo vencerle ni siquiera tocarle.
“Esta es la verdadera historia de cómo Yang Lu-chan aprendió de Chen Chang-hsing”, dice Fu.
Fu también contó cómo Yang fue a Beijing y comenzó a enseñar. Fue allí donde Yang se hizo famoso.
Un alto funcionario de su ciudad Wu Yi-shang fue alumno de Yang. Wu le presentó a los funcionarios y magistrados de Beijing, donde Yang se instaló con su familia. La familia prosperó allí durante tres generaciones, hasta Yang Cheng Fu.
Wu vivió en la calle Este de Yongnian, allí había un hombre llamado Li I-yu, que aprendió de Wu.
Uno de los estudiantes de Li, fue Hao Weitsen, que fundó el estilo Hao. Entre los estudiantes de Hao estaba Sun Lutang, que fundó su propia escuela de Taijiquan.
Fu dice que Wu Qian-chuan fue la cuarta persona en China que aprendió de Yang Ban-hou. Wu también aprendió de Yang Lu-chan, y es el fundador del estilo Wu.
Fu cuenta que la familia Chen no enseñó sus técnicas y destrezas fuera de ésta, pero, la forma Yang original era similar al estilo Chen. La forma de Yang Cheng Fu, dice Fu, es básicamente la misma que la de Yang Lu-chan. Mucha gente dice haber aprendido con Yang Cheng Fu, sin embargo no lo hicieron, según Fu Zhong Wen.
Fu ha enseñado a más de 200.000 estudiantes desde que comenzó a hacerlo hace más de 50 años. Tiene las mejillas rojas, buena salud, buena disposición, y un buen sentido del humor que demuestran sus 76 largos años de práctica.
Fu enseña la forma tradicional del estilo Yang, da lu, san shou, espada y sable, y a él y a su hijo Fu Sheng Yuan ahora en sus 50, se les puede ver a la puesta de sol cada día practicando empuje de manos juntos en un callejón tranquilo donde viven, atrayendo a un montón de gente del vecindario que los mira.
Por la mañana dan clases gratis a practicantes de Taijiquan que los acompañan en jardines, estadios, y campus universitarios.
“Todos los principios descritos por Yang Cheng Fu son importantes”, dice Fu. “Si alguno se olvida entonces el Taijiquan pierde su integridad. El punto principal es que el movimiento debe ser conducido por la cintura. También el cambio de lleno y vacío debe ser cumplido fielmente. Los hombros relajados y los codos bajos. Se debe distinguir entre lleno y vacío, yin y yang, en todos los movimientos”.
Los movimientos, dice, “deben ser continuos, como sacando un hilo de seda de un capullo. Todos los movimientos se hacen igual, no demasiado rápido. Siempre igual, sin saltos ni vacios, sin interrupciones. Brazos y manos deben estar coordinados con las piernas”.
Fu reconoce que “hay muchas variaciones dentro del estilo Yang. Esto es un problema, pero, nuestro país está preparando un estilo Standard”.
La respiración, dice, debe ser natural. “La respiración no puede seguir a los movimientos. La respiración es calmada. No puedes cambiarla para hacerla más corta para algunos movimientos y más larga para otros”.
Por lo que respecta al qigong, Fu dice: “Qigong es qigong y taijiquan es taijiquan”.
Dice que la cosa más importante en la práctica correcta del Taijiquan es la concentración mental. “Es decir, debes vaciar la mente de todo pensamiento mientras practicas”.
“En segundo lugar, tus posturas deben ser correctas. De cara a aprender los ejercicios correctamente debes ser muy paciente. Según dice un dicho ‘a más precipitación, menor velocidad’”.
Fu dice que es mejor practicar una o dos veces al día, ambas por la mañana y por la tarde, pero nunca después de beber vino o con el estómago lleno. Hacerlo en un patio o en un sitio al aire libre donde el aire fresco es abundante.
“La verdad o secreto en el Taijiquan es practicar a diario. La búsqueda auténtica es practicar y practicar. Entonces, puedes conocer más y más sobre el Taijiquan”.
En un pergamino que hay en la pared de su casa hay una inscripción de un famoso calígrafo que dice: “La práctica regular y seria del Taijiquan te hace fuerte en cuerpo y espíritu”.
Traducido por Pedro A. Martín Alonso.
- © Asociación Yong Nian España
- Comienzo página |
- Página principal |
- Mapa del sitio