REQUERIMIENTOS Y PUNTOS IMPORTANTES EN LA PRACTICA DEL YANG TAIJIQUAN
Traducción de un extracto del artículo publicado en la revista americana T’ai Chi en Junio de 1994.
según los G.M. Fu Zhong Wen y Fu Sheng Yuan
De cara a adquirir un auténtico Tai chi kung fu mediante una práctica diligente y de acuerdo a los principios dictados por Yang Cheng Fu, es necesario además, poner atención en las siguientes áreas:
La primera etapa consiste en el desarrollo y entendimiento del jin. Se debe distinguir del jing que significa la energía esencial y está relacionada con el qi.
Como resultado de una práctica correcta y diaria, se desarrolla gradualmente esta fuerza (jin), que es diferente de la fuerza dura. Solamente se puede experimentar esta energía cuando se ha alcanzado un cierto nivel de madurez en la práctica.
Este jin puede ser descrito como hun jin. “Basado en mi experiencia”, según Fu Zhong Wen, “hun jin es como un junco de un lago cuando es soplado por el viento de otoño. Siendo flexible, elástico y fuerte, el junco se dobla con el viento sin romperse. Hun jin es también como las olas del océano, una sigue a otra. Aunque el agua es muy suave, sin embargo, su fuerza es muy poderosa. El desarrollo del hun jin supone la base fundamental que te permite traspasar la puerta que da a los más altos niveles del Taijiquan. Una vez que has experimentado el jin, tu práctica se volverá más refinada y llena de espíritu.
La segunda etapa consiste en el desarrollo de chin ling jin, una fuerza que es luminosa, ágil y espirituosa. Hun jin es una energía fuerte contenida dentro de la suavidad, por esto el Taijiquan es denominado “puño de algodón”.
Chin ling jin tiene el sentido de luminosidad, agilidad y espíritu. En la forma de Taiji, chin ling jin da a cada movimiento el sentimiento de facilidad y viveza (energía). Hun jin y chin ling jin se complementan una a la otra, y el entrelazado de ambas te permite ser suave y fuerte simultáneamente, como la aguja pasando por el algodón. Cuando estás capacitado para manifestar la combinación de hun jin y chin ling jin en peng, lu, ji, an, y las usas apropiadamente bajo cualquier condición, entonces es que has alcanzado un nivel alto de Wushu (artes marciales chinos).
Para desarrollar jin en Taiji tienes que seguir el método correcto de práctica. Si haces los movimientos sin entender el método correcto, nunca desarrollarás kung fu. Además de seguir los principios y realizar una práctica diligente, se necesita poner atención en las siguientes cuatro áreas:
1.- Ojos: la mirada debe estar al nivel de los ojos. La mirada sigue los movimientos del cuerpo. La concentración debe ser viva, no lánguida o muerta. Hay que evitar que la mirada sea de enfado, inexpresiva, o dispersa.
2.- Cintura: es como el general en el ejército. Expresar su enorme importancia nunca es suficiente. Durante la práctica no se puede inclinar, debe estar vertical (derecha). Hay que poner especial atención durante la práctica de estos movimientos: mover las manos como nubes, cepillar rodilla, vuelo oblicuo, aguja en el fondo del mar, y palmada en lo alto del caballo.
En todos los movimientos hay que mantener el equilibrio. Esto es parecido a la aguja de un compás que puede apuntar a cualquier dirección sin perder su centro.
En artes marciales, a esto se le conoce como controlar el centro del terreno. En términos de física, hablaríamos sobre el centro de gravedad. Para mantener tu centro de gravedad durante la forma de Taiji, se necesita poner atención sobre el cóxis. Hay que asegurarse de que está derecho, no doblado. Una vez que el espíritu alcanza la corona de la cabeza y el cóxis está vertical, entonces puedes mantener tu centro de gravedad mientras te mueves.
Si tus posturas son inclinadas hacia delante o hacia atrás, el cuello está doblado, el trasero está sacado hacia fuera, y la cintura no está derecha, entonces perderás tu centro y la respiración se verá afectada.
Si continuas la práctica incorrectamente, tu respiración no será suave; tu chi no se podrá hundir; tu cuello estará rígido, no natural y vivo; el sólido y el vacío no se distinguirá; y la parte superior e inferior del cuerpo no estarán conectadas, impidiendo el fluir del chi y la sangre por todo el cuerpo.
Si tu prática no es correcta, nunca alcanzarás unos niveles altos, aunque estés toda la vida practicando.
3.- Las extremidades: El entrenamiento de Taiji implica a las cuatro extremidades. Según un viejo dicho: “Los brazos y las piernas deben tomar la forma de una cesta circular de mimbre”. Esto significa que los brazos y las piernas no están bloqueadas, no extendidas. La forma curva es similar a la de un arco a punto de disparar una flecha. En an , los brazos no están bloqueados, de manera que en la aplicación se puedan extender más si fuera necesario.
Si tus brazos estuvieran completamente extendidos al principio, no habría posibilidad de continuar el ataque, pues habrías consumido toda la energía potencial.
Por ejemplo, en los movimientos “látigo simple” y “acarciando la crin del caballo”, la pierna de atrás parece estirada, pero está ligeramente doblada; ambas rodillas apuntan hacia los dedos de los pies dando a la postura la apariencia de un arco; por esto el nombre de la postura. Una vez situados en la postura del arco, la fuerza viene de los talones; se deben sentir como si estuvieran enraizados en la tierra.
En resumen, las cuatro extremidades deben redondearse para estar vivas, ágiles y estables. En particular, hay que evitar la extensión de brazos y piernas con fuerza.
Análisis de las extremidades por partes:
3.1.- Manos: la palma debe colocarse de manera que la muñeca esté sentada, pero el corazón de la mano tiene que estar ligeramente cóncava.
3.2.- Dedos: no deben estar curvados o recogidos, ni tampoco demasiado estirados, ni juntos o apretados. En otras palabras, relajados. Deben tener la apariencia de estar abiertos, pero, no realmente abiertos.
3.3.- Hombros: deben permanecer relajados y hundidos. Esto significa que no debe utilizarse fuerza desde los hombros, ni se deben elevar.
3.4.- Codos: los codos deben colgar (como sentados). Por ejemplo, en el movimiento de “la grulla blanca extiende sus alas”, aunque el brazo derecho sube para bloquear, el codo sigue apuntando hacia abajo.
3.5.- Orden en el movimiento: El hombro guía al codo, el codo a la muñeca, los dedos a la palma. Mientras la palma conduce al brazo, el codo y el hombro deben colgar y estar relajados. Hay que coordinar la cintura y las piernas con las manos, codos y hombros, de manera que la parte superior e inferior del cuerpo estén conectadas y fluyan como una unidad. El cuerpo debería moverse con armonía y fluir de un movimiento a otro sin usar fuerza. Si se usa la fuerza, los movimientos parecerán rígidos y no naturales.
3.6.- Moverse como un gato: Siempre que se da un paso hacia delante, hay que posar el pie en el suelo despacio, primero el talón, y después gradualmente transferir el peso a la pierna hasta sentirla sólida. Evitar girar la rodilla hacia dentro. La rodilla de la pierna delantera no debe sobrepasar la línea de los dedos del pie. Como para un gato, cada paso debe ser ligero y estable, y el cuerpo tiene que estar muy relajado y vivo. La pierna de atrás debe estar abierta y estable, con jin; no insegura.
3.7.- Elevar el pie: En el movimiento “mover las manos como nubes”, cuando se eleva el pie, primero se levanta el talón y después los dedos. Cuando se pone el pie en el suelo, se posan primero los dedos y después se transfiere el peso de forma gradual. Siempre hay que distinguir sólido de vacío en cada paso.
3.8.- Hundir el pecho: Según te relajas más, el pecho se hunde. Hay que tener cuidado en no utilizar fuerza, y hay que evitar también, doblarse por la cintura, porque esto interferirá con el hundimiento del pecho. Las articulaciones de los brazos deben relajarse y la respiración tiene que ser natural.
3.9.- Los muslos: se deben matener abiertos y manteniendo una forma circular. Mantener la circularidad no es resultado de hacer un paso ancho o largo. Los muslos deben estar relajados, no duros o apretados. Si están relajados se abrirán de forma natural.
3.10.- Postura: Hay que mantener las rodillas dobladas y moverse en el mismo plano horizontal todo el rato. Se ajusta la altura solamente en ciertos movimientos que lo requieren. La mitad inferior del cuerpo está sólida. Cuando se eleva la pierna hay que sentirse estable y natural. El cuerpo permanece recto y erguido, y la respiración natural. Con la coordinación de la parte superior e inferior del cuerpo y el mantenimiento de un movimiento continuo y uniforme se sentirá el espíritu de la agilidad y la viveza (energía).
3.11.- El papel de la mente: La mente debe estar tranquila, en calma y llena de espíritu. Cuando se practica la forma, los ojos no deben mirar hacia abajo al suelo, porque dan la impresión de pereza en lugar de vitalidad. Se debe evitar, también, una mirada salvaje con el pecho hacia fuera y enseñando los dientes. En ningún momento puede el cuerpo parar de moverse, ni siquiera un segundo.
Esto significa que la mente está constantemente dirigiendo hasta el más mínimo movimiento.
Hay que seguir el standard establecido por los grandes maestros, que dice que hay que observar los requerimientos de cada movimiento durante la práctica, manteniendo todo el cuerpo natural y relajado. Como dice un viejo dicho : “Acepta y sigue las reglas y atente siempre a ellas”. Este es el espíritu de la práctica diligente, la cual es imprescindible para lograr un alto nivel de kung fu. Cuando se cultiva el kung fu, incluso la más mínima divergencia del standard puede suponer alejarse una milla del camino marcado.
Traducido por Pedro A. Martín Alonso.